jueves, 14 de junio de 2012

REVOLUCIÓN ARBITRAL

Qué bonito es el fútbol, cómo me gusta, fuerza e inspiración, pero de por si ya es suficientemente duro.
¿Habéis chocado a toda velocidad contra otro que va a toda velocidad y que pesa 80 kilos y mide 184 centímetros? Pues es lo mismo que chocar contra el culo del caballo de un picador, con picador encima. Claro que nadie ha chocado nunca con el caballo de un picador. Eso es lo que se llama carga legal, el que llega antes, una milésima antes, se pone duro e inclina el cuerpo para contrarrestar la envestida del otro, pero no por eso no dejas de salir despedido y sientes un golpe tremendo.
Cuando saltas para rematar de cabeza un balón dividido, lo mismo da lo que pase, pones la cabeza, al final cierras los ojos e intentas tocarla con la intención de que vaya a un compañero, que justo antes de sentir un golpe, habías decidido que fuera para él. Y es muy normal que choquen las cabezas y salgas conmocionado o te partan un pómulo o te salten un diente. Pero son lances del juego. ¿Habéis rematado un balón caído del cielo sin oposición? Pues te crujen las cervicales, pierdes la visión durante un segundo, se te funden los plomos y tienes que seguir como si nada.
Hemos visto infinidad de veces a un jugador rabiando de dolor y a los dos segundos se levanta corriendo como si nada, y decimos “mira, y parecía que lo habían matao”. Pues esos golpes de espinilla con espinilla o llegar tarde al balón o intentar robar un balón y darle en el gemelo, o sufrir un “bocadillo”, producen un dolor intensísimo, pero se pasa rápidamente, aunque luego…Caer a peso muerto desde un metro de altura es dolorosísimo, tus vísceras quieren escapar de tu cuerpo por donde sea.
Siguen siendo cosas que pasan, falta o tarjeta amarilla y a jugar. Pero ya es suficiente.

Hoy en día salen al terreno de juego tres equipos, el uno, el otro y el equipo arbitral, cinco y el cuarto árbitro, total seis y todo para no pitar una mierda o pitar acojonados no sea que se equivoquen “no pito, no me equivoco”, pero si es fuera de juego si, “no sea que me equivoque y metan gol” ¡pero coño, si es de lo que se trata! Más goles, más espectáculo, más garra para el que va perdiendo.
A los 5ºs árbitros les encanta meterse en el terreno de juego, están siempre con un pié dentro y otro fuera, agachados como si fueran a decir ¡out! Y no dicen nada. Eso si, si te rompen las canillas te la pueden perdonar, pero si les chistas, ¡Zas! tarjetazo.

Eso tiene que acabarse. Tiene que acabar el acojone arbitral, la ley de compensación de errores, el sacar la tarjeta amarilla a la tercera o cuarta o infinita falta, dicen los jugadores “eh, que es la segunda”. Vamos a ver, lo que es tarjeta, lo es la 1ª y la 2ª y te vas a la calle.
En el arbitraje debe haber dos cosas nuevas. A saber:

No querer jugar el balón o impedir que el contrario la juegue: Penado con expulsión, si no quieres jugar al fútbol, te vas a tu casa. Si no puedes con un delantero, pues que le pongan dos defensas; agarrones en los córneres antes de poner el balón en juego, a la puta calle; agarrones para parar el contraataque, a la puta calle; faltas tácticas, a la puta calle; hacer la cama, a la puta calle.

Agresiones varias: penado con expulsión, al cabecear, meter los codos en la garganta, nuca, o por encima del hombro del contrario, a la puta calle; desentenderse del balón y obstruir al contrario haciendo que choque contra ti, a la puta calle; moler a patadas al delantero porque siempre te desborda, a la puta calle; cubrir el balón con tu cuerpo soltando un codazo, sopapo o golpear las amígdalas, a la puta calle.
En fin y un montón de cosas más que se os ocurrirán a vosotros mismos. Yo quiero ver fútbol, no valetudo.

Hay que modernizarse, hay que incluir el video, que se usa en el Rugby y en 30 segundos se ve la jugada; el spray para poner la barrera y aquello que ya se usa y se sabe que funciona.
¡Ah, y prohibido meter gol!, que produce frustración al equipo contrario y a su afición.

Y otra cosa, al tararear el himno, no es lolo,lolo,lololololo lolo loló, lololololoooooo,lólo lololo,lololo,loló,lololo lo ló lólolol´lo´ló, sino que hay que repetir la misma estrofa y terminar diciendo lololololó lolóloló loló. Que no es lo mismo.

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