sábado, 31 de marzo de 2018

SEMANA SANTA

Semana Santa y fiestas populares con nombre religioso.
Ya publiqué hace tiempo que durante la transición quedó proscrita la Semana Santa y todas aquellas manifestaciones populares que olieran a viejo y a casposo que recordaran al franquismo, pero ya en los años 80, como un chorro de brandy en la sartén de un chef mediático, todos estos festejos dieron una explosión que puso de moda todo aquello que había quedado, no en el olvido, sino en la vergüenza de una sociedad que deseaba ardientemente ser como había sido hasta entonces y que en los primeros años de la democracia, reprimidos por aquellos que gritaban más fuerte, de los que se hicieron dueños de la calle, quedaron reducidos esos deseos a una muestra, restos de una voluntad popular vencida por los farrucos, los gritones y los fanfarrones de la política que impedían y aún hoy pretenden impedir que la voluntad popular se manifieste libremente, tomando la calle y lo que es peor aún, callando opiniones y actitudes políticamente incorrectas por medio de avergonzarlas por carpetovetónicas, reaccionarias y sospechosas de franquistas.
Cofradías deshechas, pasos acompañados por cuatro capuchones, o que ni siquiera podían salir por falta de jóvenes que cargaran sus imágenes, estadios de fútbol vacíos, corridas de toros bajo mínimos, zarzuelas, copla, cantantes relacionados con la caspa acallados, algunos de los cuales se declararon "socialistas de toda la vida" para poder seguir en su profesión sin sentir la crisis artística de la Transición.. Con lo que no se pudo fue con las fiestas populares con sus nombres de Santos y con los toros en en la calle, con esos "boux al carrer" levantinos que ayer y hoy son cantera de aficionados a la tauromaquia.
Si "la calle" es la que toma el pulso a la voluntad popular, está claro que esas manifestaciones populares con nombres de santos y sobre todo la Semana Santa, ganan por goleada en el partido de la realidad popular. Impresionante las multitudes congregadas en las aceras viendo pasar  las cofradías, increíble la cantidad de lugares que solicitan a La Legión su participación en sus procesiones. Pero aún continuamos con "el buen rollismo" y lo políticamente correcto. Recuerdo que se prohibió con la declaración de Estado Aconfesional, la participación del Ejército en las manifestaciones religiosas y sin embargo, poco a poco han ido volviendo a escoltar santos y guardar carrera en las procesiones del Corpus. Estos días las televisiones nos ahogan con retransmisiones de procesiones desde todos los puntos de España y el Ejército está presente donde le llaman, Ministra de Defensa incluida, todo pese a la aconfesionalidad del Estado. 
Si en esta democracia tardía y ya mayor de edad, quien más grita demuestra la manifestación de la opinión mayoritaria, no se quite la máxima de la aconfesinalidad del Estado, pero sí legíslese a favor de lo que la voluntad popular desea y en este caso es la presencia del Ejército donde sea requerido para dar mayor pompa y vistosidad a los actos populares.


jueves, 29 de marzo de 2018

CORRUPCIÓN Y POLÍTICA

En realidad este artículo no va en si de corrupción, sino más bien de política, de política de andar por casa, de cómo vemos la política desde nuestro puesto de observación, cómo sentimos a los políticos, cómo pensamos cada uno de nosotros en nuestro fuero interno, qué pensamos de la política, así en minúscula y de los políticos mediáticos y de esos pobres conocidos que quieren entrar en política desde sus asociaciones, sindicatos o partidos, dan manotazos al agua, chapotean en el lodo para hacerse un hueco y terminan mayormente hundidos al ser pisados durante la lucha por mantenerse a flote en las arenas movedizas o lo que es peor, intentan subirse a la talanquera de una plaza de toros de pueblo, pisoteados y arrebatados sus sitios por los participantes de un encierro ibérico en un mísero pueblo que pretende vivir de los que emigraron y vuelven por el verano y se enorgullecen de sus bárbaras fiestas patronales de verano, "en invierno el pueblo tiene 250 habitantes, pero en verano llegamos a 4000".
Lo de "corrupción" en el título, es sólo un vago intento de que alguien ponga la dichosa palabra en un buscador de Internet y salga este artículo, se equivoque, lo "pinche" y el blog lo contabilice como una "visita" y me haga algo más feliz, felicidad ingenua y pasajera, felicidad de bloguero que no se conforma con escribir, sino con ser leído a sabiendas  no solo de que va a ser olvidado, sino denostado por su opinión, lo que le va a dar unos minutos más de recuerdo.
Todo comienza con los vecinos de un lugar que se agruparon en entidades municipales para decidir unos impuestos para afrontar los gastos de mejora de su localidad y estos municipios se asociaron para acometer obras que beneficiarían a distintos pueblos y así sucesivamente hasta llegar a la Unión Europea en nuestro caso. Pero en primer lugar resultó que estas Instituciones se emanciparon de sus vecinos y se erigieron en un monstruo que devoró a sus creadores para mantenerse a si mismas, engullendo impuestos y esgrimiendo peregrinos argumentos y razones para crear otros nuevos que permitan ingenuamente saciar el hambre, un hambre ansiosa, una sed de desierto, una necesidad de engullir loca, como aquel pobre enfermo mental que deglute lo que le pongan delante con avaricia y a ciegas pasa aplacar la angustia que le viene de la ansiedad producto de su propia locura y que se levanta por la noche a idear cómo seguir zampando y piensa sitios donde esconder lo apoderado para luego, en soledad deglutir y maquinar nuevos métodos para conseguir más y saciar su hambre, hambre de democracia enferma.
Responsables de esa emancipación por los partidos del ciudadano son los mismos partidos políticos, que creados por y para definir una estrategia para decidir de qué manera se gastan los impuestos, los dineros del contribuyente, también se han olvidado de nosotros al llegar al poder, no somos más que su excusa y desde esta atalaya privilegiada intentan por todos los medios conseguir fondos  para su propia financiación con el fin de obtener su permanencia en el poder, fin último del partido, no así del político cuya necesidad estriba en mantenerse en algún cargo en el engranaje de la Administración para lo cual no duda en emanciparse de su propio partido en interés propio después de haber pisado cabezas y manos que impidan el agarre a la escalera de cuerdas de la política y haber provocado ahogamientos por no mirar atrás a ver quién necesitaba ayuda en ese naufragio o no haber tendido una mano para refugiarse del toro en la escalada al palco presidencial.
¿Son todos los que lo hacen? No, lo hace quien lo hace.
Y el votante hace una cosa igualmente lamentable, votar a los mismos pese a la corrupción imperante, a la supeditación de la responsabilidad política a la responsabilidad penal, a la mentira, a la acusación del prójimo de hechos que él mismo anteriormente ha cometido. ¡una cosa tan burda! ¿y porqué se hace todo esto? ¿por qué los partidos mienten y entran en la carrera por la financiación ilegal? ¡Porque funciona!.
En ti no funciona, ya lo se, tú eres muy listo, son en los demás que no miran un poco más allá, a los partidos emergentes, aún limpios, aún no corrompidos por la necesidad de mantenerse en el poder y mantenerse en la multitud infinita de cargos públicos que permite a cientos de sus afiliados acceder a las poltronas, poltronitas, sillones, mecedoras y descalzadoras del poder, donde se gana desde mucho, hasta muchísimo.
Merece la pena tentar a quienes tienen mucho que ganar para que financien al partido en el poder o a quien está en disposición a acceder a él y así obtener una rentabilidad a su inversión ilegal.
El absurdo llega hasta a repetir una y mil veces la ya tan manida, pero eficaz maniobra usada a lo largo de la historia de criminalizar  al otro, de acusarles de ser peores que nosotros, de tener que mantenerlos, de culpabilizarles de nuestros males, lo cual lleva al odio, cuando no a la guerra con tal de llegar al poder, aunque sea dividiendo y creando irrisorias taifas. Siempre hay desfavorecidos o ignorantes dispuestos a levantarse en armas o tomar la calle.

No seamos como aquel terrateniente que cuando le avisaban de que su Administrador le robaba, contestaba "pero este ya es muy rico, imagínese lo que me robará el nuevo hasta se haga tan rico como éste".
No, cambiemos de administrador, estemos vigilantes y a la más mínima sospecha volvamos a cambiar de administrador, ese es el privilegio y la obligación que nos proporciona la democracia.