lunes, 22 de abril de 2013

RUTA A LA GARGANTA DE LAS LANCHAS: LAS HUNFRÍAS

La ruta surgió a raíz de que el amigo César publicó en su blog "A mi aire", una serie de rutas que pensaba hacer con su moto y alguna que ya había realizado. Me interesó esta en primer lugar. Intentaré alguna más y  otras que yo me sé.
El paraje es una microrreserva natural con su microclima y unas plantas autóctonas que hay que ser muy listo para reconocerlas, entre las que destacan la Lorera y una especie de planta carnívora propia de parajes muy húmedos. También animales como el águila culebrera, de los cuales lo mismo vimos dos desde lo alto del pico Atalayón, creo que se llama y también el galápago leproso y unos cuantos bichos más que no recuerdo y si queréis saberlo, pues entráis en la red y lo miráis.
La ruta fue de 18 kilómetros trescientos metros según el gepeese de Vicente quien me acompañó y como bien dice el amigo Ángel, "tiene más peligro Vicente con el GPS, que un loco con dos pistolas". Por una vez no se quedó sin pilas en el aparato, pero sí en la cámara de fotos. De ahí que yo no salga casi, porque soy el que las hizo con mi teléfono móvil Nokia C1. Al final me envió algunas de las que le dio tiempo a hacer.
Saliendo de Las Hunfrías a unos 6 kilómetros te encuentras un arroyo tributario del río Gévalo, que siguiéndolo te lleva a la primera cascada, que es esta y las fotos siguientes. Es una preciosidad y el ambiente húmedo es interesantísimo.





 Estas dos son de la misma, pero desde donde empieza a despeñarse el agua.



 Esta es la segunda cascada. La más bonita y donde puedes darte un baño porque tiene una pequeñas poza, pero hay que tener mucho cuidado, porque las piedras resbalan mucho. ¡Mira que Vicente me advirtió!




 Y esta foto es la misma una vez remontada la altura.


La tercera cascada. Aquí se hizo bastante difícil bajar. Bajé lo que pude, pero lo que fotografié salió poco claro por las  ramas y la huida del río entre matorrales. 


 Aquí lo pillamos desde arriba.




 Esto es un chorro algo menor (en el centro de la foto), pero no por eso deja de ser muy bonito y tiene un hermoso salto y un ruido muy agradable al desplomarse sobre el lecho del arroyo. Se puede contemplar las especies arbóreas y arbústeas (¿existe esta palabra?) 



 Después dijo Vicente, "vamos a lo alto del pico", y le contesté yo, "¿qué alto del pico?" Total, que subimos por el monte entre robles por un camino de cabras, nunca mejor dicho, porque nos encontramos con un rebaño y ¡con el puto perro!, un mastín o alano que nos sorprendió y nos los puso de corbata. Ah, y con el pastor. "¡A los güenos días le dije!", "¿eh?" contestó él , se lo repetí y le pregunté a cuánto estaba el pico y se lo tuve que repetir, luego le pregunté por el macho cabrío y lo mismo y le dije que el perro nos había acojonado, e igual. Sólo no le repetí que adiós muy buenas y ahí no, ahí dijo "con Dios" y fuese y nosotros hicimos lo propio. Cogimos parriba, porque la vereda desapareció y subimos por el cortafuegos y llegamos a lo alto del pico, de algo menos de 1300 metros. Parecía de rebajas, ¿no serían 1299?


Aquí las vistas desde la cumbre, desde el hito geodésico.


 Nos sentamos a comer el bocata y el bizcochito de Vicente en el mismo hito. Hacía calorcito, pero con las nubes que podéis contemplar y la brisa vivificadora, refrescaba bastante. Unas vistas magníficas, de 360 grados. Precioso. Yo creo que Vicente no dijo si quiera eso de "qué bien se está aquí". ¿Pa qué? No había nada que decir. Sólo contemplar la obra de la naturaleza.

Aquí otras fotos.


Espero volver pronto a hacer otra ruta. Eso sí, cuando me recupere, porque la bajada a troche y moche me dejó para el arrastre. Veré cuándo puedo reaparecer.

domingo, 14 de abril de 2013

LO QUE QUISE SER, LO QUE FUI Y LO QUE SOY

Lo que de verdad quise ser es militar, pero como ellos no quisieron que lo fuera, pues no hago aquí más referencia. Pero lo que si fui brevemente es falangista, y cómo lo quería ser era intelectual, falangista intelectual. Pero no dí para más...
 y me hice falangista farruco, corriente, vociferante y nada.
 También quise ser boxeador, pero con 5 años, jugando a boxear, llegó  un niño más pequeño que yo y me dio un cate en la boca del estómago y ahí se acabó mi carrera boxística. Los combates eran "a quien llore el primero"
 También quise ser pirata malo, pero es que nunca me ha gustado hacer daño a nadie, ni aprovecharme de los demás. Y así me ha ido, porque al prójimo no le importa mucho eso.
 No me hubiera importado ser marinero en tierra, ¿pero qué es ser eso? Nada.
 Así que me hice moro, luchador palestino por la libertad de su pueblo. Pero no me dejaron. Me dijeron "¡Que esto no se trata de hacerse fotos!" "¿Ah no?" dije yo,
 "Pues me hago muyaidín en Afganistán" Jopé, menos mal que no me dio tiempo a hacerme el traje, porque allí mataban a la gente y te mentían en una cárcel muy mala en Cuba ¡en Cuba, fíjate tú!
 Así que quise hacerme moro, pero me dijeron que tenía que cortarme en la picha. Les dije que estaba circuncidado y me dijeron que eso era cosa de judíos y que además no vale, que hay que darse un chirle ahora, de modo que me hice moro de salón. Yo, como Aznar que habla catalán en la intimidad, soy moro en privado. Algunos ya lo sabíais.
 Pero lo que de verdad, de verdad quise ser es torero. Una vez, a los 11 años otro maletilla me llevó a su apoderado para que llevara nuestras cosas y nos dijo que ya nos llamaría. Aún estoy esperando. No debería tener yo mucha afición. Otro día me puse delante de un becerro, me dio un tarantantán y no me he vuelto  poner. Pero afición sí que tengo, ¡a verlo!, ya lo sabéis. 

 Pero lo que en realidad soy es un tío clásico, un romántico,
un funsionario,

 un tío corriente.
¿Qué más puedo ser?