Domingo Badía "Alí Bey", VIAJES DE ALÍ BEY, Colección Luxor, Editorial Óptima 2001.
Alí Bey no es otro que Domingo Badía i Leblich, un español que nos relata sus viajes entre 1803 y 1807 por el mundo arábigo hasta ser uno de los primeros occidentales en llegar a la Meca y besar la Piedra Negra.
Domingo Badía convence al Primer Ministro de Carlos VI, Manuel Godoy para realizar un viaje por el mundo árabe, un viaje de origen político y científico, en realidad como espía de Carlos VI, haciéndose pasar por un príncipe Sirio educado en Europa, y tomando el nombre de Alí Bey el Abasí es recibido por las más altas personalidades de los países que visita, como son Marruecos, Túnez, Egipto, Grecia, Arabia, Siria o Turquía.
El autor, que es un erudito, hace mediciones astronómicas dejando constancia de la localización de los lugares que visita y sobre todo la primera localización astronómica de La Meca. Hace recopilaciones botánicas, levanta planos de los edificios más emblemáticos y como mayor acierto, realiza secretamente el primer plano que se conoce en occidente sobre la Kaaba y relata costumbres y ritos propios de cada lugar.
En el tema de costumbres es donde más sorprende el libro, ya que los occidentales tenemos un vago conocimiento de esas costumbres y ritos, los conocemos de oídas y nos suena ciertos nombres, pero realmente ¿os gustaría saber qué dicen los imanes desde lo alto del minarete, querrías saber qué diferencia a los sunníes de los chiíes y de los waabíes, cómo se reza y cómo reza cada secta musulmana, cuáles son las costumbres de la peregrinación a la Meca, qué significa cada una de las zonas de la Kaaba, cómo vivían los judíos a principio del siglo XIX en los países musulmanes, los cuales debían descabalgar, descalzarse y agachar la cabeza ante el más mísero de los musulmanes? La respuesta está en ésta magnífica obra que a mi me ha desvelado todo lo que siempre he querido saber sobre el mundo árabe y musulmán.
Domingo Badía i Leblich, Barcelona 1767 es un personaje singular. Funcionario de la Administración de Carlos IV, se interesa por el mundo arábigo durante su estancia en Ojén (Granada) y como Gobernador Civil de Córdoba. Posee una sólida formación en disciplinas tan dispares como Historia, Astronomía, Física, Geografía, Historia Natural, Cartografía, Dibujo y Humanidades, es pionero aerostático y domina idiomas como árabe, latín, francés, italiano e inglés. Convence a Godoy para emprender un viaje científico y político por los países árabes, quizá con el ánimo de preparar la dominación de Marruecos, lo cual se frustra y continua viaje hasta completar la Peregrinación a La Meca.
De vuelta a España, se pone del lado de los afrancesados y derrotado el ejército francés, se exilia en París, donde propone al rey Luis XVIII un viaje similar al ya realizado para Carlos IV y llegando a Damasco muere en extrañas circunstancias, posiblemente envenenado por espías ingleses en 1818.
Podemos decir de Domingo Badía que fue un científico o un político, afrancesado o patriota, musulmán o cristiano, aventurero o funcionario, pero el caso es que realizó un apasionante viaje por el mundo árabe en una etapa tan convulsa como es principio del siglo XIX cuando estaba vedada la presencia de occidentales y que contribuyó al conocimiento de tan lejanas y extrañas tierras y que facilitaría la exploración de otros científicos y aventureros europeos.
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