martes, 26 de agosto de 2014

VUELTA DE VACACIONES

¡Qué agusto estoy! es final de agosto y estoy de vacaciones. Las paso en casa. Es curioso, hemos superado tantos tópicos, pero sin embargo lo de vacaciones sin viaje aún queda por superar.
La ciudad está vacía, no tanto como para que las actividades municipales queden desoladas, sino para llegar y encontrar sitio sin problema, hacer la compra con tranquilidad y no tener que hacer fila para pagar, llegar a una terraza y encontrar una mesa que te está esperando. Son las doce del mediodía, miras calle arriba y abajo y oteas el cruce y ves personas tranquilas que van y vienen, funcionarios que se toman su tiempo y comercios cerrados.
Sin embargo algo me ha inquietado, he visto a una persona bronceada que hablaba de sus vacaciones y buscando en mi interior he descubierto el motivo: temo la vuelta de las vacaciones.
Un día de estos, podría saber cuándo pero me niego a indagar, saldré a la calle y me encontraré "la intemerata", un gentío de personas bronceadas hablando a voz en grito de sus vacaciones, gente que aún se viste de veraneante en un vano intento de estirar la felicidad que ya se extingue, gente que inunda los centros comerciales y los supermercados donde se lanzan a por las mercaderías como si fuera a comenzar la guerra de Irak, gente que invade mis terrazas y me quita impunemente la mesa que estaba casi a mi nombre, gente que cuenta lo diver que se lo ha pasado, gente que toma las calles y niños que alborotan lo indecible, niños que un buen día van al cole en una hilera interminable con mochilitas de colores que les dará dolor de espalda y madres pistonudas vestidas super, pero que el siguiente viernes llevarán al nene en un  sospechoso pantalón negro que podría pasar por pijama. Veremos en los noticiarios a periodistas que acercan una alcachofa a un nene y le preguntarán si está contento con la vuelta al cole y el niño callará y el periodista le dirá "si ¿verdad?" y el niño contestará "siiiii" y le preguntará que por qué y el niño callará y le dirá "¿porque vas a volver a ver a tus amiguitos?" y contestará el nene "siiii", luego hará  las mismas preguntas a una niña remilgada y a un  niño con alambres en los dientes y gafitas y darán de carrerilla la respuesta correcta y yo los odiaré y odiaré al puto periodista que ya no recuerda, con lo joven que es cuando una vieja con una verruga y un pelo en la punta le preguntaba esas cosas y las contestaba ella misma y luego te cogía por los mofletes y te daba un beso con la puta verruga pinchándote en la nariz.
¡Bah!, allá ellos con sus vacaciones, su hipocresia, su bronceado, su depresión posvacacional, sus divorcios posvacacionales, sus historias pistonudas y sus diarreas vacacionales cuando les sentaron mal las gambas y les engañaron en la agencia. 
Desearía que todo siguiera igual, que el sol no declinara, que la ciudad quedara aletargada por siempre, que en Urgencias no haya ni el Tato y encontrarme esa tienda cerrada. Que siguieran de vacaciones siempre.

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