Acabo de leer una entrevista a Isabel San Sebastián en XLSemanal, (cuyo enlace pondré más abajo si es que soy capaz) referente a su última novela "Un reino lejano" que me ha recordado mis reflexiones sobre la sexualidad en la segunda parte de la relación estable de las parejas (hombre y mujer, que de lo otro no se nada y no me interesa). Esta reflexión es producto de ser buen observador, buen mirón, atento oidor, lector infatigable y cotilla a tiempo completo, pero eso si, sin hacer uso de ese cotilleo para perjuicio del personal cotilleado, visto, oído, mirado, leído y observado.
En el caso de la entrevista antes dicha, la entrevistadora deja a un lado la novela y se introduce en el campo de lo humano y más tarde de lo personal, y ahí empieza a salir lo que yo he constatado a lo largo de tantos años y es ni más ni menos que la manida frase "follas menos que un casado" no es del todo cierta, pues debería ser "follas menos que un casado en la segunda etapa se su relación" que en realidad empieza cercana a su primera juventud y a su estabilidad sexual.
Cada día encuentro detalles que me da a entender que las parejas dejan de mantener una actividad sexual asidua una vez pasado la primera etapa de su relación. Una vez estabilizada esta y conseguidos ciertos objetivos por parte de las mujeres, la cadencia va cayendo en picado y sobre todo el interés, sólo mantenido para la mismísima conservación de la relación. La mujer, en lo que menos interés tiene es en echarse encima a un señor, aunque sea el suyo, y ser atravesada con la barra de chopped de su esposo, hombre o amante ocasional. Piensan que merecen otro trato, una oportunidad que cumpla una serie de requisitos que nunca se van a dar, porque van a poner todas las dificultades y ninguna facilidad para que esas circunstancias se produzcan.
Detalles sistemáticamente negados por cualquiera, que en un momento de debilidad, después de un calentón o tras dar un suspiro, dice o insinúa algo y ese algo es una y otra vez repetido por unos y por otros. ¿Pero te va a pasar a ti? ¡Quiá! "Pues yo te oí decir...", "Tú qué cojones vas a oírme decir eso".
Yo nunca había trabajado con mujeres hasta hace algunos años y oye, ¡qué interesante!
El enlace paso de ponerlo, porque al releer la entrevista, me he dado cuenta que despertó mis pensamientos, pero el motivo no queda claro.
Por cierto, yo tengo una cadencia sexual envidiable. ¡Que si coño, que no es un farol!