sábado, 1 de diciembre de 2012

INTOCABLE: PELÍCULA DE MODA

La película de los directores y guionistas Olivier Nakache y Eric Toledano ha saltado a las noticias culturales de los medios de comunicación, tras ser proclamada como la más taquillera de habla no inglesa de la historia y eso que la historia ya la vimos en aquella peli en la que un Teniente Coronel ciego, al Pacino, contrata los servicios de un lazarillo, un estudiante becado a quién el invidente le hace la vida imposible y termina surgiendo una gran amistad.
En este caso, un archimillonario tatraplégico contrata los servicios de un inmigrante recién salido de la cárcel y después de algunas diferencias surge una bonita amistad.
La obra es un film agradable de ver, amable, muy bien rodado y fotografiado y con excelentes trabajos tanto  de  sus actores protagonistas, Francis Clucet (Philippe) y Omar Sy (Driss) como de los secundarios, así como unas buenas fotografía y banda sonora.
La cuestión es que no se porqué sorprende la historia, ya vista en el cine que no es otra que la difícil relación entre dos personas de distinta extracción social, más aún cuando quien tiene la voz cantante es el de más alta condición. Lo desquiciante es la gracia que le hace al público que un negrazo de dos metros, recién salido de la cárcel caiga bien a un millonetis insoportable quien en principio lo único que ambos desean es salirse el uno con la suya de conseguir una tercera firma de oferta de trabajo rechazada para sangrar al Estado recibiendo el paro y no dar un palo al agua, y el otro fastidiar las pretensiones del marginado y someterlo a la humillación de tener que realizar un trabajo que no quiere.
Driss es un delincuente, familiar de delincuentes que durante toda la película muestra sus dotes de criminal burlándose de la Policía, aprovechándose de las prestaciones sociales, saltándose las normas, cometiendo mil y una infracciones; y Philippe un millonario a quien como al público, le hace mucha gracia primero humillar a un pobre desgraciado que tiene todo que perder y luego, por una vez en su vida, sacar los pies del tiesto y hacer lo que nunca se atrevió a hacer por sí mismo y colabora con el delincuente a realizar sus gracias delincuenciales. Y el público se troncha de risa y le parece muy bonito. Eso, si no te lo hacen a ti.
Presentar en el cine o cualquier medio de comunicación a un delincuente de forma simpática o victimista tiene un peligro enorme. Recuerdo a "El Lute", claro, como es un producto de la dictadura pues pobrecito, qué víctima fue,  "El Vaquilla", un delincuente típico de los tiempos de la Transición a quien la prensa y el cine hicieron un daño irreparable, hasta la muerte. En definitiva, que caiga bien un delincuente, una acción delictiva o el burlarse del Estado y de la autoridad es algo para mi incomprensible y dañino para todos, pero lo peor es que produce un efecto devastador en la vanidad y el egocentrismo del criminal, llevándolo tantas veces a la muerte, como al mismo Vaquilla, a Pirri y su compañero de reparto en El Pico, Pancho el de Verano Azul, varios de los protagonistas de Deprisa, Deprisa, en fin, un sinnúmero de fallecidos víctimas de la simpatía de los medios de comunicación.
Pero la peli es maja, se deja ver y se pasa un buen rato y además está bien hecha.    

3 comentarios:

  1. Crosell "The Marquis"14 de diciembre de 2012, 8:33

    Pero el caso es que estas películas de relaciones peculiares casi siempre triunfan e incluso, en muchas ocasiones, llegan a provocar el llanto. Ejemplos: "The Blind Side", negro enorme y marginal con familia rica (Óscar a Sandra Bullock), "Hachiko, siempre a tu lado", un perro con su amo (para navegar en tus propias lágrimas), "El discurso de Rey", Jorge VI rey de Inglaterra con su foniatra (no se cuantos óscars), y así un larguísimo etcetera.
    Por cierto, te dejo otro tópico: el de esta gente que dice: yo nunca he visto "Gran Hermano", que es para chicas o, yo ni tan siquiera me he planteado ver "Titanic", que soy mú macho o, si veo solamente un segundo de "Sálvame" me entra el sarpullido. Mentira, apostaría un millón de euros que no tengo a que ese tipo ha visto "Titanic" como mínimo una vez, y algún programa de los que he mencionado u similares en más de una ocasión.

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  2. Pues si, tópicos haylos a montones, tantos como temas quieras tocar. Me encanta lo referente a negar la influencia psicológica que tiene sobre el ser humano ciertas técnicas comerciales, tales como la música y las lucecitas o la posición de los productos en los estantes. -¡A mi qué cojones me va a influir!- El caso es que se encienden las luces de navidad, suena el villancico el 21 de noviembre y los centros comerciales se convierten en el frenopático, parece que nos vayan a quitar los productos para la subsistencia- Pero psicológicamente no pueden con nosotros. ¡Quiá, que van a poder!
    Pero lo de "Titanic" no lo entiendo. Es una gran película y no lo relaciono. Y a mi, si veo solamente un segundo "Sálvame" o "La Ruleta de la Fortuna" me salen sarpullidos.

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  3. Como se nota que entiendes poco de cine, pero buena reflexión.

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