lunes, 13 de abril de 2015

EL QUIJOTE APÓCRIFO

¡Ja, acabo de terminar la novela "El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, de Avellaneda! Ganas tenía  ha mucho tiempo de leer este libro, que han dicho ser obra inteligente y para mentes despiertas como la de vuestras mercedes, que se yo que un día leyésedes un libro o dos y por esta causa os lo aconsejo, aunque no lleguéis malandrines a la altura de mi caletre, aunque sí a la de don Alonso, autor desta obra.

¿Y quién es Alonso Fernández de Avellaneda?, pues no se sabe a ciencia cierta pues ya él se preocupó de que no se supiese, porque este nombre no es otro que un seudónimo que esconde al verdadero autor de la obra, cosa sin embargo muy corriente en el Siglo de Oro que es cuando aparece esta que nos ocupa. ¿Yde quién puede tratarse? pues sin duda de un enemigo del autor original del Quijote, a la sazón Cervantes, de quien Avellaneda hace mención y no de muy buenas formas llamándolo entre otras cosas deslenguando. Por otra parte parece ser devoto de los dominicos o más bien devoto dominico, lo que indica que pudiera ser clérigo lo que nos hace pensar pensar en Lope o Tirso. Dice el autor que era natural de Tordesillas, pero podría más bien ser aragonés por su amplio conocimiento del entorno donde se produce la acción de la historia, aunque de donde verdad tiene conocimiento extenso es de Toledo en particular. También parece que conoce bien las desventuras del personaje histórico de la primera parte del Quijote Ginés de Pasamonte, un soldado que estuvo en Lepanto y cautivo en Argel, lo mismo que Miguel de Cervantes y que más tarde escribió su historia y aún no siendo un literato si podemos considerarlo escritor y conocedor de algunas de las cosas que suceden en  la novela. ¿Será Ginés el autor?

El quijote de Avellaneda está correctamente escrito, pero se encuentra a años luz de la obra original. Esta nueva obra es bastante zafia en la expresión y en muchas cosas soez y sus personajes no se cortan a la hora de expresarse de forma malhablada y hacer referencias escatológicas y sexuales.
Aparece la obra en Tarragona en 1614 (lejos se ha ido el autor a publicar) con Aprobación, Licencia, Dedicatoria y Soneto. La segunda parte de Cervantes en 1615. No es mucho tiempo si nos atenemos a la extensión de esta obra, por lo que imagino que ya la habría comenzado y no sería la aparición de aquella lo que le decidió a comenzarla.

Sancho se convierte en el personaje principal de la novela y eclipsa a su señor en la historia, siendo don Quijote un mero comparsa y una excusa para el desarrollo de Sancho, que no es tan sutil y sus refranes  son traídos menos a propósito y metidos a martillazos en la conversación, además de que son menos abundantes. El autor obliga a Panza a decir una y mil veces que va a hacer  lo que va a hacer o lo contrario de lo que debiera, empleando un giro negativo negativo que cansa. Es un cobardica que ya desagrada y adolece de una asexualidad cuando menos sorprendente. Lenguaraz, malhablado, soez, cobardón, poco sutil, tragaldabas, en fin este no es mi Sancho Panza.
Don Quijote se difumina. Pasa a llamarse el Caballero Desamorado y aunque hace referencias a Dulcinea, da por ultimada su relación con ella ni con mujer alguna. Su locura es algo pintoresca y sin momentos de lucidez. Don Quijote se nos diluye  y emplea su discurso en decir una y otra vez cómo va a afrontar cada nueva aventura que se inventa recreándose en las novelas de caballería y ¡ojo! haciendo alarde de conocimientos de fortificaciones y arte militar. ¿Ginés?
Lo filosofía que tanto abunda en el Quijote original aquí es inexistente y siquiera hace referencia a la filosofía parda. Los monólogos no aparecen y las novelas pastoriles son inexistentes. Intercala dos cuentos en esta obra que cuentan un ermitaño y un soldado que hace parte del viaje con los protagonistas, los de El rico desesperado y Los felices amantes, aunque no muy ejemplarizantes y si moralistas al estilo del clero de la época.

Según Alonso de Avellaneda este es el segundo tomo del Quijote con su tercera salida y las partes 5ª, 6ª y 7ª.
La historia de este quijote es que unos caballeros granadinos pasan por Argamesilla de la Mancha donde vive don Quijote camino de unas justas que se iban a celebrar en Zaragoza y uno de ellos Álvaro Tarfe, se aloja en casa de don Quijote (Martín Quijada) y le deja allí unas buenas armas milanesas para que las guarde hasta su vuelta. A don Quijote le vuelve la quimera de la caballería y toma las armas, convence a Sancho que se resiste hasta que aquél le dice los dineros que le va a dar y le compra un rucio (de sus ojos) y se dirigen a las justas. Por el camino sucede la aventura del melonero y llegan a Zaragoza donde lo descubre Álvaro Tarfe y lo hace llevar al palacio de unos amigos para pasar buenos ratos con las locuras del uno y las sandeces del otro, lo que debía ser muy corriente en la época, visto que vuelve a suceder lo que en la segunda parte del original con los duques en Barcelona y más veces en esta, y no nos olvidemos de los bufones de la corte que nos muestran los cuadros y la historia.
Allí le preparan la aventura del rey de Chipre Bramidán de Tajayunque quien emplaza a nuestro caballero para finiquitar el desafío en la Corte y hace el viaje junto con un ermitaño y un soldado tal Antonio Bracamonte, quienes cuentan unos cuentos moralizantes con milagro incluido. Llegan a Sigüenza y liberan a la mujer de esta obra, una mondonguera de Alcalá llamada Bárbara, bautizada por don Quijote reina Zenobia a quien hacen pasar más penurias y vergüenza que otra cosa y es de admirar su dignidad. Terminan en Madrid en casa de unos duques que les dicen ser los Archipámpanos, donde se encuentran con los caballeros granadinos quienes inventan curiosas aventuras para que don Quijote las enderece y finiquite la aventura del rey de Chipre y salga victorioso de todas no sin pena y gloria.
Y el que quiera saber el final que lo lea.

Resulta que estos días atrás he visitado la villa de Esquivias, de donde era natural la esposa de Cervantes Catalina de Palacios y he visitado la casa donde vivió el matrimonio y que perteneció al Hidalgo don Alonso Quijada de Salazar, que debió ser en quien se inspiró Cervantes para su personaje. Es ahora museo etnográfico, una bonita casa sagreña con su cueva, su corral, sus aperos de labranza y su patio. En la oficina de interpretación te dan un panfleto del país del Quijote, Alcázar, Argamasilla, Campo de Criptana, El Toboso y Esquivias y en visitando todos los sitios, te dan el título de Caballero Andante o de Dulcinea. ¿Se podrá elegir?
En la parte del documento referido a Esquivias dice, que se ha encontrado en los archivos parroquiales las actas de bautismo de personajes históricos del Quijote en quienes el autor original debió inspirarse como Diego Ricote, el bachiller Sansón Carrasco, el cura Pero Pérez, Pedro Alonso, El Vizcaíno, Sancho Panza, su esposa Teresa Cascajo o Mari Gutiérrez, que mira por donde es como la llama Avellaneda.
En Esquivias también hay dos esculturas, una de ellas de Cervantes de Juan de Ávalos, que es quien realizó las del Valle de los Caídos y del Alcázar de Toledo.
¡Hala, a leer y a visitar!

2 comentarios:

  1. ¡Caramba cómo te has currao el libro! Te veo en forma. No me encuentro con fuerzas para leer este Quijote, pero si que me han entrado ganas de releer algunos pasajes del Quijote de Cervantes gracias a tus comentarios.
    Por cierto, soy Angel, pero soy incapaz de salir del perfil de Irene.
    Y muy bueno el reportaje sobre la estación.

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  2. Menos mal que no te lo has leído, porque mi artículo no resiste profundidades.

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