miércoles, 4 de febrero de 2015

YO NO SOY CHARLIE HEBDO

Vaya por delante mi más absoluta repulsa por el atentado contra la publicación francesa en la que han muerto inocentes y han atentado contra nuestra libertad de expresión.
Pero creo que lo que hacía esa revista no era realmente libertad de expresión en su sentido más puro, porque ofendía gravemente a las creencias más ancestrales del género humano como son la cultura de los pueblos y la religión de las personas, que aún los no creyentes respetamos. Charlie se mofa abiértamente de estos valores dibujando al Profeta, al Papa, a la Virgen, a religiosos, a líderes políticos dándose por el culo, besándose en los morros y no se cuántas barbaridades más.
En el mundo, los valores occidentales representan solo un veinte por ciento y creemos estar en posesión de la verdad. Pues no, si tan democráticos somos debemos considerar que quizá la razón la tenga la mayoría, que no cree en estos valores y que en la mayoría de los países del mundo las ofensas se pagan muy gravemente y que la libertad de expresión está muy por debajo de otros valores como puede ser la dignidad. Pero no, la razón la tenemos que tener nosotros.
Recuerdo un día que iba con mi familia a un concierto de rock y para llegar al escenario por la parte de delante tenía que pasar por un túnel por debajo de las vías del tren. En medio se veían personajes inquietantes. Pensé en renunciar a mi libertad y no pasar por allí, pero la ejercí y no pasó nada. ¿Tú hubieras pasado? ¡Yo no! Me dí cuenta de que no sólo me puse en peligro, sino que también puse en peligro a mi familia. Charlie ejerció su libertad y puso en peligro su vida, la de los demás redactores, la de la policía, puso en jaque a todo un país y en alerta al mundo occidental, al veinte por ciento de la población y ofendió a miles de millones de personas.
De acuerdo, Charlie tiene razón porque nuestros valores y nuestras leyes le asisten, pero hay en el mundo una masa enorme que cree que no y hay gente dispuesta a matar y morir por sus valores.
Yo no soy Charlie porque reconsideraría esa libertad en favor de mi vida, de la vida de los otros, de la paz mundial y del respeto a los demás.  

3 comentarios:

  1. ¡Olé! La libertad de expresión no está para ofender indiscriminadamente.

    Por otro lado, mi repulsa y condena a los estos criminales islamistas.

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  2. La razón no la tiene la mayoría. aún así tengamos el máximo respeto con las personas con ideas que respetan.

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  3. De acuerdo contigo, muy bien argumentado. La libertad de expresión sí tiene límites y para unos más estrechos que para otros. Hay que tenerlo en cuenta.

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